Partido Comunista Internacional
El Partido Comunista N. 4 - anteprima
Indice
Numero precedente - seguente
[ PDF ]
órgano del partido comunista internacional
Lo que distingue a nuestro partido: – la línea de Marx a Lenin a la fundación de la III Internacional y del Partido Comunista de Italia a Livorno 1921, a la lucha de la Izquierda Comunista Italiana contra la degeneración de Moscú, al rechazo de los Frentes Populares y de los bloques partisanos – la dura obra de restauración de la doctrina y del órgano revolucionario, en contacto con la clase obrera, fuera del politiqueo personal y electorero
Primero de Mayo 2015 - El capitalismo lleva al proletariado a la miseria y prepara una nueva guerra mundial. Los trabajadores deben defender hoy sus condiciones de vida para poder mañana destruir el poder mundial del capital!
– 

– 


 
 
 
 
 


Los proletarios no tienen nada que perder más que sus cadenas y un mundo entero por conquistar
Primero de Mayo 2015
El capitalismo lleva al proletariado a la miseria y prepara una nueva guerra mundial
Los trabajadores deben defender hoy sus condiciones de vida para poder mañana destruir el poder mundial del capital!

El Primero de Mayo es el día en que los trabajadores de todo el mundo, más allá de las fronteras de nación, raza, religión, reafirman que pertenecen a una misma clase, que están unidos por los mismos intereses, para llevar a cabo la misma batalla por la emancipación de la explotación y la miseria.

Este primero de mayo 2015 encuentra al proletariado, en todos los países, en una situación que desde hace muchos años ha empeorado a causa de la crisis que ha afectado al capitalismo mundial.

Los pequeños signos de recuperación de la producción industrial que provienen de los Estados Unidos de América son amplificados por la propaganda burguesa para anunciar el fin de la crisis; al contrario, esta es sólo el inicio, ya se está extendiendo y profundizando y golpea ahora también a China, mientras que las maniobras financieras aplicadas por los Estados Unidos, el Japón, la propia China y finalmente también Europa para "relanzar" la producción servirán sólo para hacer estallar en pocos meses una nueva burbuja financiera, mucho más grave que la que en el 2008 puso de manifiesto el estado comatoso de la economía capitalista en plena crisis de sobreproducción.

Esta crisis, prevista y esperada por el marxismo revolucionario porque deriva de las contradicciones internas del sistema de producción capitalista, ya está produciendo decenas de millones de desocupados en todo el mundo y en todos los países empuja a la baja de los salarios y el desmantelamiento de la llamada "seguridad social". Y la competencia entre los trabajadores continuará exacerbándose si el proletariado no muestra la capacidad de detenerla con su movilización, con su reorganización y la lucha de clase.

La crisis económica además agudizó el choque entre los Estados imperialistas, grandes y pequeños, para conquistar nuevos mercados para la venta de su sobreproducción, para el control de las zonas donde se encuentran las materias primas necesarias para la reproducción del capital y para adquirir posiciones de fuerza en vista de la Tercera Guerra Mundial a la que el capitalismo conducirá a los Estados. La guerra por el petróleo, que los "terroristas" financiados por los opuestos centros imperialistas, ha devastado todo el Medio Oriente y en particular Irak, Siria y Libia, obligando a decenas de miles de refugiados a abandonar sus casas para escapar de la muerte. La contienda entre los viejos y los nuevos imperialismos se extiende también a Africa.

Europa, después del bestial reparto de Yugoslavia bajo el pretexto de divisiones religiosas y nacionales, ha visto retornar la guerra en sus fronteras orientales, donde la fragilidad del Estado ucraniano ha permitido a los Estados Unidos interponerse entre Alemania y Rusia, provocando enfrentamientos sangrientos que una vez más vuelven a dividir al proletariado y a someterlo a los intereses de los diferentes estados burgueses.

En el Lejano Oriente la carrera armamentista de China, burguesa, capitalista, bien decidida a conquistar un espacio adecuado a su potencia económica, al romper el equilibrio establecido al final de la Segunda Guerra Imperialista, entra en choque con los Estados vecinos, de Taiwán, Japón, las Filipinas, Corea del Sur, Vietnam, a despecho de los Estados Unidos que dominan los mares con sus flotas nucleares.

El mito burgués del progresivo desarme de los arsenales y de la coexistencia pacífica entre los Estados, que sobrevivió a dos mortíferas guerras mundiales, es refutado por el crecimiento continuo de los armamentos, incluyendo aquellos nucleres, y de los enfrentamientos cada vez más duros entre los gigantes imperialistas, aunque realizados por ahora por interpuestas fuerzas mercenarias irregulares, como es el caso de las milicias del Estado Islámico.

Los pequeños Estados son los primeros en hacer los gastos de esta política de fuerza, pero el proletariado de esos países e internacional, no debe dejarse involucrar en la defensa de ningúninterés nacional, como en cambio trata de hacerlo el gobierno de "izquierda" en Grecia, soplando el patriotismo y la resistencia a la agresión económica de Alemania, o la de la Venezuela chavista contra el imperialismo de los Estados Unidos de América, o, cuando ya está ahí la guerra, toman partido por uno de los dos frentes burgueses opuestos, tal como sucede en Palestina, donde la única perspectiva revolucionaria es la de un solo Estado de la clase obrera, contra la burguesía israelita y la árabe que durante décadas han combatido usando como carne de cañón a los proletarios, principalmente aquellos palestinos.

Sólo con su propio partido, fundado en su sólida teoría, su visión integral del mundo, que llamamos marxismo, la clase obrera puede efectivamente rechazar esta influencia oportunista y la corrupción de la ideología de la clase enemiga, es decir, puede ser una clase que lucha por sus propios intereses. Este partido es el Partido Comunista, revolucionario, internacionalista, que desde su nacimiento ha negado cada falso principio burgués, en primer lugar aquellos democráticos, interpretando el motor de la historia, no en opiniones, sino en la fuerza de las clases en pugna.

La burguesía nunca renunciará a sus mezquinos privilegios sin ser obligada por la fuerza. Preferirá la guerra. El proletariado mundial aceptará el desafío: guerra económica en defensa del salario, organizado en verdaderos sindicatos de clase, contra la guerra por sus beneficios económicos de la clase burguesa; guerra revolucionaria de clase contra la guerra entre los Estados nacionales burgueses, encuadrada y dirigida por su unitario y disciplinado partido comunista internacional.

No sabemos cuánto se podrá prolongar todavía la agonía de la bestia capitalista, pero hemos aprendido, incluso de las lecciones del siglo pasado, que los órganos de la revolución, Partido aunque sea minoritario, y Sindicato, deben prepararse a tiempo, mucho antes de precipitarse la crisis revolucionaria, para ser reconocidos y utilizados por la clase. Trabajar hoy, en plena contrarrevolución, en la formación de los órganos político y de defensa de la clase obrera ya es Comunismo, y ya es Revolución.

El embrión de este partido existe, y es el Partido Comunista Internacional.